Benita, 23 años
Los dientes de la infancia se torcieron, incluso tuve que quitar uno, para no interferir con el crecimiento de los demás. Y así viví, avergonzado de sonreír ... En mi vida personal, debido a los complejos, aparecieron problemas. Dejé de salir, porque vi lo desagradable que me miraban los hombres. No había dinero para los implantes, y estaba lista para aceptar el destino de un solitario. Pero un día vi en televisión cómo un médico habla sobre la nueva tecnología de carillas removibles Snap-On Smile. Al principio era escéptico sobre ellos, pero decidí probarlo porque el precio lo permitía. ¡Es increíble cómo cambiaron mis dientes! Todavía quiero llorar de felicidad cuando veo mi sonrisa perfecta.